Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

domingo, 12 de febrero de 2012

CARNAVALES O CARNESTOLENDAS

El Carnaval desde siempre ha tenido una raigambre en la historia de Casas de Haro; desde siempre en Casas de Haro ha existido la tradición de vestirse de máscaras, menos que en otros sitios, pero ha existido.
No tiene la importancia de algunos pueblos o ciudades vecinos como La Roda, Tarazona de la Mancha o Villarrobledo que ya en 1510 tienen documentados esta tradición.


Pero Casas de Haro, fuera de ser desde siempre un pueblo pequeño, ha tenido su pequeña fiesta de Carnaval. Se trata, como todos sabréis, de una celebración pública que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma, período cristiano que antecede a la Semana Santa, en el que no se puede comer carne.

En nuestro pueblo siempre se celebra una fiesta-verbena, organizada por el Ayuntamiento, en la que se premia el disfraz más original. También existe la tradición de una cabalgata de Carnaval que los niños realizan desde la Plaza Mayor a la Nave Almacén y que ha tenido su origen en la Asociación de Padres y Alumnos de Casas de Haro.

Por último, el Miércoles de Ceniza, y siempre con la colaboración y organización de la Asociación de Mujeres “Santa María Magdalena”, se ha hecho el tradicional Entierro de la Sardina en el que propios y extraños entierran el pescado, con su degustación típica en una lumbre improvisada.

Se trata de una fiesta con carácter movible (desde finales de enero hasta principios de marzo según el año). Su origen entronca con la tradición pagana de las fiestas en honor al dios Baco, dios del vino, y las saturnales (fiesta del invierno) y lupercales romanas. Según algunos historiadores, la tradición se remonta a las antiguas culturas sumeria y egipcia, hace más de 5.000 años.

A comienzos de la Edad Media, la Iglesia Católica propuso una etimología para el Carnaval, del latín vulgar carne-levare, que significa “abandonar la carne”. En italiano, el Carnevale significa la época en la que se puede comer de todo.



A finales del Siglo XX, varios autores han pensado que el origen del Carnaval podría provenir a las culturas indoeeuropeas, donde CARNA es la diosa celta de las habas y del tocino.

Por último, en nuestro pueblo, se tiene la tradición de realizar el Carnaval en dos fines de semana, con lo que entramos en período de ayuno: aunque no tenemos que tenerlo en cuenta, puesto que el segundo fin de semana se realiza para dar cabida a todos en dicha fiesta: nuestros pubes Intermedio y Boka Boka, realizan sendos concursos de carnaval, que unidos al del Ayuntamiento dejan un cuadro interesante para que los grupos de amigos se puedan vestir en Carnaval.

La temática, al igual que las carrozas, es variopinta: desde enanos, el típico hombre del saco, hadas, brujas, bebés, maestros, constructores; todo, evidentemente, con la cara destapada y la cara tapada. Normalmente todos habremos vivido la situación tediosa de estas máscaras pesadas que están toda la noche detrás de nosotros, y la sorpresa posterior cuando se quitan la careta.


Es evidente, que en la tradición cultural, muchos refranes entroncan con el Carnaval. He aquí un pequeño corpus de los más interesantes.
“No hay Carnaval sin Cuaresma”.
“Antruejo, buen santo; pascua, no tanto”
“El perro de Casas de Haro era tan sagaz que se fugaba por no ser manteado los días de Carnaval”
“San Matías y el Carnaval andan juntos en porfiar”

Por último, entre la abundante bibliografía sobre el tema, hemos elegido esta rima de Gaspar de Lucas Hidalgo, de su obra DIÁLOGOS DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO, en la que trata el tema de unas Carnestolendas en Castilla.

Martes de Carnestolendas,
víspera de Ceniza,
primer día de Cuaresma.
Ved qué martes y qué miércoles,
qué víspera y qué fiesta;
El martes lleno de risa,
el miércoles de tristeza.
La mujer se viste de hombre
y el hombre se viste de hembra.
¡Qué abundancia de cosas,
qué de aparato de mesas,
capones, pavos, perdices,
conejos, gallinas tiernas.
¡Qué de gritos por las calles,
qué de burlas, qué de tretas,
qué de harina por el rostro,
qué de mazas que se cuelgan;
Trapos, chapines, pellejos,
estopas, cuernos, braguetas,
sogas, papeles, andrajos,
zapatos y escobas viejas!
y con ser tan grande el frío,
la gente se abrasa y quema…

sábado, 11 de febrero de 2012

JUEVES LARDERO

El jueves lardero se denomina así porque es el anterior al domingo de Carnavales. En toda España, especialmente en el mundo rural, tiene importancia, puesto que en este día todos los habitantes de los pueblos se reúnen en los campos para comer.

Lardero viene del latín lardum, que significa grasa. Es lógico que este uso se halla dado porque en esta época, tradicionalmente, se venía haciendo la matanza del cerdo. De ahí que el término más arriba comentado se haya usado tradicionalmente como equivalente a grasa. No olvidemos que después del domingo de Carnavales, o Carnestolendas, viene el miércoles de ceniza que abre el período conocido como la Cuaresma.

Hace tiempo, la Cuaresma equivalía a no poder comer carne, y no como ahora, que la Iglesia marca los viernes de Cuaresma con el ayuno o abstinencia de comer carne. Antes, este ayuno o abstinencia se realizaba durante toda la Cuaresma, es decir, cuarenta días sin comer carne. De ahí que el jueves anterior a ese ayuno o abstinencia, todos los habitantes se reunieran para disfrutar de una última comilona o banquete de la carne. Otra denominación era el jueves gordo.

En el mundo rural se tiene la costumbre de ir al campo, y en especial, a los pinares, por ser lugares de abrigo, para disfrutar de un banquete asado de carne: chorizos, morcillas, forro, cabezón, etc... En esto, quizá un carnicero nos podrá comentar qué tipo de carne se consume más.

Don Joaquín López Barrera, en su "ESTUDIOS DE SEMÁNTICA REGIONAL: ARCAÍSMOS Y BARBARISMOS DE LA PROVINCIA DE CUENCA" de 1912 habla de la primera edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, denominando a "lardero" de la forma siguiente:
"Epíteto que se da al jueves que antecede al domingo de Carnestolendas. Pudo llamarse así por ser este día en que regularmente abundan las cocinas de todo género de viandas, y se gasta más tocino y manteca que en los ordinarios".
No olvidemos que es un día de fiesta que comienza con el viaje de familias, grupos de amigos, y habitantes en general al pinar (en Casas de Haro, especialmente al de la Hoya del Agua) para reunirse ante una hoguera y beber y comer en un ambiente tranquilo y festivo. Efectivamente allí se cocinan platos típicos como pueden ser las gachas, el tojunto, y no tan típicos de estas tierras, como las paellas; pero si de algo puede referirse a jueves lardero como tal, es el hecho que la gente se reúna para comer cualquier tipo de carne asada; de ahí la denominación lardero.

Es también muy típico de este día que los niños se reúnan en un montón de tierra y realicen los típicos hornillos, que no es otra cosa que en un montón de arena del campo, realizar un agujero con una chimenea a modo de respiradero, rellenarlo de boja (o agujas de los pinos secas) y ramitas, y prenderla... Ha sido un entretenimiento que prácticamente todo Casas de Haro ha tenido de pequeño.

Sebastián Manuel Gallego Morales, en su novela "RECUERDOS DE INFANCIA Y JUVENTUD", de 2009, en la página 49 nos comenta que era un día en el que los niños y niñas de la escuela se reunían en el campo.
"Don Manuel, nos había explicado que el lardo era la grasa de los animales y que lardero era un adjetivo del jueves, queriendo decir todo: "el jueves de la grasa".
Nosotros lo entendíamos mejor, que se acababa comer chicha, que se acercaba la Cuaresma y la Semana Santa... que había que limpiar la orza, como decía Nicolás. 
Mi abuela lo entendía de otra forma. Nos decía: "con los niños no van esas reglas" y tenía razón. Seguíamos, como base de alimentación, con los productos del cerdo".
 En nuestro pueblo hemos dicho que es la Hoya del Agua el sitio típico donde disfrutamos de jueves lardero. También hay gente que va al Pinar del Chavo, aunque allí se dan cita nuestros vecinos los habitantes de Minaya, y no ha cundido dicha costumbre.

Hace muchos años, allá por el siglo XVI, la dehesa de Villapardillo era una zona importante de San Clemente. Su creciente importancia como zona boscosa importante para la manutención de las reses y también el hecho de pasara por ahí la vereda inmemorial que unía en el mundo romano la zona del centro de la península con la zona de Cartagena, hace entender que el término jueves lardero esté entroncado primero con la grasa, especialmente del cerdo, y segundo, por el hecho de que existiera una abundante vegetación en esta zona.

Pues bien, quisiera que adivinárais cómo se llamaba la Hoya del Agua en ese momento: quizá se entenderá mejor el significado de jueves lardero cuando se comente que antes se llamaba Hoya de la Puerca.

El refranero español, fuente de inagotable sabiduría popular, también contempla, entre sus refranes más conocidos, algunos relacionados con jueves lardero:

"Jueves Lardero, carne en el puchero"
"Jueves Lardero, longaniza en el puchero".
"Jueves Lardero, pan, chorizo y huevo"
"Jueves Lardero, chorizo entero". 
 "Jueves Lardero, al otro no comerás cordero".

Por tanto, como conclusión podemos hacerlo con un chiste de "LA BIBLIOTECA DE LA RISA" de 1859, en el que se dice lo siguiente:

Hay algunos pueblos, que llevan hasta la exageración, la costumbre piadosa de poner a los hijos el nombre del santo en cuyo día nacieron.
En uno de éstos, se bautizaba el hijo de un paleto, que había nacido el jueves antes de carnaval, llamado el jueves lardero (de lardo-grosura)
-¿Cómo se ha de llamar el niño?- preguntó el cura.
-Jueves Lardero.
-Pero, hombre, ¿está usted loco? 
-Señor cura, el santo del día no se le quita a nadie, Jueves Lardero se ha de llamar mi hijo, y sobre ello, Moreno". 

jueves, 5 de enero de 2012

SAN ANTONIO O SAN ANTÓN ABAD

Imagen tradicional de San Antón Abad, con animales
"Hasta San Antón, Pascuas son"... Si hay algún santo por antonomasia que tiene ermita en todas las poblaciones, ése en San Antón, el patrón de los animales. Hasta Madrid, en su castiza calle de Fuencarral, tiene su iglesia dedicada a este santo de clara ascedencia popular entre la gente de campo.

Este monje cristiano al que se atribuyen muchísimas leyendas y que tiene clara advocación y preeminencia sobre los animales, en Casas de Haro siempre ha tenido su pequeña ermita en la confluencia de las calles Grupo Escolar, San Antón, Huertas y calle Mayor (pues de ella comienza la calle doctor Jareño, anteriormente el camino del Cementerio)

En nuestro pueblo, si de algún santo antiguo podemos hablar, ése es San Antón: de un inventario del Socorro Rojo Internacional (ejército rojo) de 1937 realizado en Casas de Haro, se habla que la única figura santoral que se pudo salvar fue una pequeña imagen de San Antón, algo deteriorada, con graciosos repintes en su manto. 

Durante este año, se ha tenido la ocasión de ver y fotografiar a San Antón como nunca antes se pudo hacer. Debido a la restauración -o incluso reconstrucción- de su ermita, el pequeño santo acompañado por su gracioso gorrino ha estado expuesto en la Iglesia de Santa María Magdalena. Se trata de una talla de no más de 60 cm, en la que el titular, aparece acompañado de su famoso gorrino. Y es que la iconografía cristiana tiene mucho que ver con este hecho. Se le suele representar anciano, con hábito de monje -usualmente se le representa con el hábito de su orden, especializada en las enfermedades contagiosas- y también con el gorrino o cerdo a sus pies, símbolo en muchas ocasiones del sometimiento de los animales a él o también símbolo del triunfo de este santo sobre los pecados carnales y el mundo en general.

San Antón abandonó sus bienes para tener una vida de ermitaño. Como opción, se sabe que gracias a este hecho fue bendecido por Dios con 105 años de edad. Además, retirándose al desierto, fue tentado por el demonio en muchas ocasiones; por ejemplo, un cuadro de Velázquez en el que representa las tentaciones de San Antón y San Pablo, nos presenta a este santo alimentado por un cuervo.

Las tentaciones de San Antonio y San Pablo, de Velázquez.
Y es que San Pablo el simple, discípulo de San Antón, contaba que era alimentado por un cuervo y que a la muerte -de san Pablo- fue ayudado para enterrarlo por dos leones y otros animales (de ahí la fama como patrón de los animales y también de los sepultureros).

De él se cuenta también que un buen día una jabata se le presentó con sus jabatos en actitud suplicante -pues éstos estaban ciegos-, y San Antón decidió curarlos. De ahí que la jabata y sus hijos no se separaban de él. Evidentemente, durante la Edad Media se consideró que el cerdo o jabalí era un animal impuro, y de ahí que se le representara a sus pies, por ser vencedor de la impureza.

Al tener tanta importancia por ser el santo de las enfermedades contagiosas, muchos hospitales estaban bajo su advocación y para su mantenimiento se soltaban cerdos por las calles; para evitar que la gente se los llevase, se pusieron bajo su advocación. En nuestro pueblo, hasta hace no mucho tiempo, también se soltaba durante su festividad un gorrinillo que todo el mundo iba alimentando hasta el año siguiente. Y en su festividad, se hacía una rifa llevándose el "gorrino de San Antón" un habitante de nuestro pueblo, que con él daría manutención a su familia gracias a la matanza, efectuada por este tiempo.

Evidentemente, en nuestra filosofía cristiana, el poner un animal al lado de un cristiano, era como decir que esa persona había entrado en bienaventuranza, puesto que se tenía la creencia de que se dominaba a la creación. De ahí su iconografía.

De nuestro san Antón podemos comentar que aparece representado con las Sagradas Escrituras o Biblia en la mano izquierda y un largo bastón o cayado en la derecha, ambos símbolos evidentes de su ancianidad e inteligencia. Estos dos símbolos tienen que ver con la edad. Sus largas barbas y su eminente calvicie nos hacen ver que se trata de un santo mayor. Recordemos que uno de sus principales atributos es la ancianidad.

Famoso gorrino de San Antón, con una evidente capa de polvo y necesidad de restauración.
Por otro lado, a sus pies se representa un gracioso gorrino, de color marrón oscuro en actitud de mansedumbre hacia el santo, dado que aparece apoyado en sus patas traseras y con una mirada de mansedumbre.
Primer plano de San Antón, en el que se evidencian los ojos de cristal, el halo de santidad, con una insinuación de cruz, de color plateado y las escrituras, el bastón o cayado y la larga barba y calvicie símbolos de su ancianidad y sabiduría.

En último caso, destacaremos la iconografía y simbolismo oculto de sus vestiduras. De un color marrón y azul, pueden representar el tránsito entre el cielo (azul) y la tierra (marrón), así como la referencia algo lograda a las famosas vestiduras de la orden de San Antón.

Destacaremos dos detalles que en ocasiones se nos escapan y que son de referir: en primer lugar, su corona o halo de santidad, conseguida en una especie de material pobre, como es el latón, y algo deteriorada. Pero no por ello, menos particular. Recordemos que esta corona, así como el santo, deben tener como mínimo 150 ó 200 años. También es de resaltar, en segundo lugar, sus ojos. Son ojos de vidrio, ensartados en la madera y que ofrecen a aquél que tiene la suerte de mirarlos en la cercanía una imagen de sencillez y de protección. No emana su figura una imagen de provocación, sino de serenidad, cercanía y por supuesto de santidad. Además, y es un detalle muy particular, uno de sus ojos aparece movido, es decir, no mira del todo recto y aparentemente se le puede observar como bizco. El detalle no tendría mayor importancia si no viéramos que es una imagen particular y única. Todas las demás imágenes, a excepción de la Virgen de Maglián y el niño que se da a besar en fechas navideñas son los santos más antiguos que tiene Casas de Haro en su haber.

Es costumbre el día de San Antón hacer hogueras (además tradición enraizada en la cultura española), así como dar nueve vueltas a su ermita con o sin animales para pedir alguna bendición al santo; y no olvidemos tampoco que en esta época se daban los famosos "tostones", que no es otra cosa que forraje de animales frito, que en ocasiones hemos recibido de pequeños y que tiene un sabor salado.

Hoguera de San Antón