Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

domingo, 21 de abril de 2013

PALABRAS DE CASAS DE HARO: EL ROCHO

Cuando nos referimos a un pequeño terreno irregular en el campo, nos podemos referir al rocho. Sin embargo, un terreno regular en el campo es un pedazo -o piazo-. Otros topónimos usados en Casas de Haro pueden ser bancal, para referirnos a una parcela de terreno en el huerto donde se plantan las semillas, o erial -era-, que es un solar sin edificar y donde se trillaba. Adentrémonos en cómo los antiguos utilizaban las palabras para referirse a los lugares en el campo.


En el lenguaje más propio de la agricultura, un rocho es una superficie de terreno irregular, muy difícil de medir, de muy poca extensión que se le ganaba al monte bajo o a los pinares, muy desarrollados en nuestro término municipal.

Ya Joaquín López Barrera, en 1905, en su Estudio de Barbarismos de la Provincia de Cuenca, nos habla de este término, para referirse a él de la forma siguiente:
Sirve para indicar un terreno montuoso que se ha roturado para el cultivo. Los rochos son esos pedazos de tierra labrada que vemos en las laderas de los montes, rodeados de carrascales y pedruscos, principalmente en comarcas pobres.


En una mentalidad histórica propia del campo, nuestro pueblo pertenecía desde su fundación a San Clemente. Y si nos retrotraemos al año 1500, ya existen documentos interesantísimos que nos ofrecen unas reseñas para delimitar esta palabra. En ese entonces se nombra la dehesa de Villapardillo, dependiente de la hacienda real, y que muchos campesinos y ganaderos transhumantes utilizaban para dar de comer al ganado y sacar leña de ella.

También aparece reflejado un paraje llamado Hoya de la Puerca -que por delimitación geográfica- nos aventuramos a decir que era lo que hoy nos sirve como Hoya del Agua. 

Y, por último, haremos también referencia al paraje denominado Reil: lo que ahora nos sirve como Reilo.

Estos parajes eran en su mayoría arbóreos, repletos de encinares, pinos y monte bajo -de 5ª o 6ª categoría- y se utilizaban como forma de sustento para muchas familias dedicadas al ganado o al tráfico de leña, que vendían en los pueblos vecinos.

Conforme va pasando el tiempo, aquellos montes se van talando. Mucho ha pasado ya del siglo XIX en que comienzan a perderse esos montes que copaban nuestro término municipal. Los más antiguos del lugar recuerdan que la Plaza de Castilla -en la que existía un pozo y abrevadero para el ganado-, estaba rodeada ampliamente por pinares y montes, y que muchas noches oscuras se dejaban ver lobos que venían a beber.

Los habitantes, con los diversos avances tecnológicos, comienzan a roturar aquellas tierras inservibles y a ganarle terreno al monte. En un primer momento, se plantaba zumaque, cereal, olivas y viñas agrestes que producían un vino de 2ª o 3ª calidad -visto en documentos de 1889- que dedicaban casi en su totalidad a consumo propio y a una fábrica de aguardiente que a finales del siglo XIX servía como vía de creación de riqueza. También se plantaban frutales, como ciruelos, melocotoneros, higueras, etc... 


Este terreno ganado a los montes y pinares era muy irregular, de ahí su nombre quizá un tanto peiorativo y vulgar: rocho. Este nombre arcaico se ha ido conservando para referirse a los pedazos de tierra irregulares y, en su mayoría, poco productivos que nuestros ancestros ganaban a los montes a fuerza de roturar las tierras con las mulas.
En Galicia también se utiliza la palabra rocho para referirse a un pedazo pequeño de terreno, dedicado en su mayoría al autoabastecimiento. Por tanto, si nos referimos a una propiedad de terreno en el campo cuyas características son su pequeño tamaño y lo irregular que es, hablaremos de un rocho. Sin embargo, si el terreno es regular y ya con una extensión considerable, hablaremos de pedazo -o piazo-.

sábado, 20 de abril de 2013

LAS LILAS

En los meses primaverales, especialmente en abril, estamos viviendo el llamado "veranillo de las lilas y los cucos". hay un arbusto ampliamente cultivado en los corrales y patios de Casas de Haro que comienza a florecer. Su color, sus olores y sus maravillosas flores dan alegría  a nuestro pueblo. Nos referimos al génerico de las syringas, o más comúnmente llamadas lilas.


Si hay una planta popular en primavera, y de la que muchas casas antiguas tienen un ejemplar, ésas son las lilas. En nuestro pueblo, suele crecer la syringa vulgaris. Esta familia de plantas procede del griego syrins, o flauta. En la tradición mitológica se cuenta el origen de este arbusto y de la flauta.

La leyenda cuenta que la ninfa Syringa enamoró a Pan, el Dios de las praderas y los bosques, que era mitad hombre y mitad cabra. La joven sintió miedo y huyó asustada por su apariencia. Cuando llegó a la orilla de un hermoso río pidió convertirse en un perfecto lilo. Al no conseguir su propósito el Dios Pan, arrancó una rama de esta planta con la que hizo un instrumento musical que comenzó a tocar. Así creó la flauta siringa en recuerdo a la ninfa.
El arbusto, de la familia de las syringas, suele crecer en climas templados todos los años. Durante los meses de primavera, aunque más comúnmente en abril y mayo, podemos ver florecer estas flores. De las flores que tiene esta planta, podemos comentar, siguiendo el enlace de wikipedia:

Las flores se producen en primavera, cada una de cerca de 1 cm de diámetro, blanca, rosa pálido o más generalmente purpúreas, con cuatro pétalos; en largos panículas, y en varias especies con una fuerte fragancia.


Podemos ver en nuestro pueblo ejemplares de esta flor blancas y, más comunes, lilas. De ahí viene su nombre popular en nuestro pueblo. Además, las lilas se producen mejor en ramas viejas, teniendo especial cuidado en realizar una poda después de acabada la floración:

Las lilas florecen en las ramas viejas, y producen más flores si no se poda. De podarse, la planta responde produciendo ramas vegetativas (chupones) de alta velocidad de crecimiento sin flores, en un intento de restaurar las ramas removidas; una lila podada produce pocas o ninguna flor por uno a cinco o más años, antes que la maduración del nuevo renoval sea suficiente para comenzar a florecer. Las lilas no podadas florecen cada año. De todos modos, una poda criteriosa debería practicarse regularmente. Se hace correctamente después de finalizada la floración, antes que los nuevos pimpollos se formen.

Esta planta, de la familia de las oliáceas, al igual que el olivo, crece en origen en los Balcanes. Asimismo, los usos ornamentales, culinarios y hasta cosmético ha sido muy desarrollado desde los antiguos.

USO ORNAMENTAL: Especie apreciada principalmente por su colorida, perfumada y abundante floración primaveral. Además, su elevada resistencia al frío, la convierte en una planta indicada para climas de inviernos rigurosos. Se puede emplear de múltiples maneras: ejemplares aislados, formando grupos, en cerramientos, macizos, apoyados contra un muro o pared, arriates, en maceta… Admite un gran número de formas: como arbusto, pequeño árbol, copa globosa, múltiples tallos, porte bajo o alto…. Ideal para terrazas, patios o pequeños jardines, ya sea plantado en contenedor o en el suelo. Los ramos floridos se pueden cortar para elaborar centros florales,... ya que si eliminamos la hojas duran bastante tiempo..
OTROS USOS: Las flores son comestibles y se pueden emplear para adornar platos, en ensaladas… El aceite esencial obtenido de las flores se emplea en perfumería. La madera es fina y presenta un buen acabado en los pulidos. También se utiliza en medicina alternativa contra la fiebre, tónico, vermígugo, enjuague bucal…


En las últimas semanas de abril, hay una subida especial de temperaturas, que ahora estamos viviendo, denominado por los antiguos del lugar el "veranillo de las lilas y de los cucos". Uno de los refranes más repetidos durante este mes es el siguiente: "Aparte de otras cosas, en abril las lilas, y en mayo las rosas". Aparte de todo lo dicho anteriormente, es interesante ver el cambio que últimamente se le ha hecho al archiconocido, "en abril, aguas mil", por el refrán "en abril, lilas mil".



 

viernes, 12 de abril de 2013

ACUERDO CONMEMORATIVO DE CASAS DE HARO

En nuestro pueblo, el 1 de enero de 1901, ahora exactamente hace 112 años, se procedió a realizar por nuestro Ayuntamiento, presidido por el Alcalde don José Arnal de Perona, un acuerdo conmemorativo de la llegada del siglo XX al pueblo. El señor Arnal de Perona era hijo de Valeriano Arnal, de Minaya, que vino al pueblo a mediados del siglo XIX. Probablemente es de las personas más claramente reflejadas en los papeles de nuestro Ayuntamiento: fue cobrador de impuesto, agente de asuntos del Ayuntamiento, auxiliar administrativo, secretario, alcalde, maestro. Como podrán observar, si de historia hablamos, podría considerarse el hombre más polifacético de finales del siglo XIX en el pueblo. De hecho, dejó de ser alcalde, y planteó un problema al Ayuntamiento al exigir casa, como legalmente venía estipulado, y su experiencia le valió para poner en un grave aprieto al Ayuntamiento.


Lo bonito de este acuerdo conmemorativo no es en sí fijar la fecha del inicio del siglo XX, sino hablar del cambio de nombre de varias de las calles que más tránsito tenían en ese entonces en nuestro pueblo. 

Antiguamente, nuestras calles como ahora las conocemos no tenían denominación. Se las nombraba específicamente por tratarse de caminos en los que se ponía en comunicación a Casas de Haro con las poblaciones vecinas o con las barriadas (por ejemplo, cuando se denomina al camino de los barrios, es la hoy llamada calle de los barrios, que sale desde el Calvario hacia los barrios de Carlotas, Ruipérez, Porretas, etc...)

Lo más interesante de esta situación es que algunas de estas denominaciones que tuvieron a bien poner, se siguen conservando intactas. Algunas otras, con el devenir de los tiempos, han ido modificándose para adecuarse a los nuevos tiempos: tal es el caso de la calle de la Roda (ahora calle Fuensanta) o la Placeta (que hoy no tiene denominación, y es la placeta que está a las espaldas de la Plaza Mayor, donde se bailan los machotines, se dicen los dichos y por donde suele pasar la procesión de la Santa), en la confluencia de las calles Pelayo y Cuesta.

Sin embargo, nos vamos a detener específicamente en dos de las calles del barrio de abajo que siguen conservando la denominación de este acuerdo conmemorativo y que, como veréis no deja de ser curioso. Situémonos: el primer día del siglo XX no existían las carreteras que ahora nos sirven. No existía ni la carretera de la Roda (1910), ni la carretera de Casas de Fernando Alonso-Minaya-San Clemente (1960), ni tan siquiera la carretera de Pozoamargo, que en ese entonces era un camino vecinal que salía desde la Plaza de Castilla de la parte de arriba de nuestra población.

Los caminos que unían nuestro pueblo con otras poblaciones surgían de ese esquema radiocéntrico, en el cual la Plaza Mayor era el punto principal desde donde surgían todas los caminos que conducían a los pueblos limítrofes. Entendemos, por tanto, que la calle Prosperidad, antiguamente, era el camino vecinal que conducía a Casas de Fernando Alonso
(que se le llamaba calle de San Clemente); también entendemos que la calle Fuensanta conducía, vía Monte Viejo y Villapardillo, a la vecina población de la Roda; y, por último, la calle Florida, antiguamente llamada camino de Minaya, conducía por el Monte Marqués y la Casa Bonilla a la vecina población albacetense.


De ahí que este acuerdo conmemorativo tenga su interés en dos vertientes diferenciadas: 
  • La primera de ellas acordar celebrar la festividad del cambio de siglo por los componentes del Ayuntamiento -cosa harto extraña, igual que otras actas a las que se ha podido tener acceso-. 
  • La segunda de ellas hacer más operativos con el devenir de los tiempos de los antiguos caminos vecinales en los que ya se iba construyendo edificios y que hacían más operativa la venida del correo y correspondencia a la que iban teniendo acceso nuestros habitantes. Recordemos que el correo en ese entonces sólo se recibía los miércoles y los viernes, venía de San Clemente y pasaba antes por Casas de Fernando Alonso (algún día contaremos el enfrentamiento entre los dos Ayuntamientos por este tema)

No dilataremos más este pequeño acercamiento a nuestra historia, transcribiendo literalmente el extracto de dicho acuerdo conmemorativo de nuestro pueblo:

     En la Villa de Casas de Haro a primero del mes de Enero de mil novecientos uno (1º del siglo XX), reunido el Ayuntamiento de la misma bajo la presidencia del Señor Alcalde don José Arnal de Perona en la sala capitular previa convocatoria; el Señor Presidente manifestó que el objeto de la sesión era para conmemorar la entrada de siglo con algún acuerdo imperecedero; discutido el punto por unanimidad se acordó que no procediendo hacer desprendimiento de fuerza por las críticas y angustiosas circunstancias que se daban en el municipio de mudar los nombres de algunas calles que se nombran por los caminos que conducen a otros pueblos de la forma siguiente:

1. Calle de los Barrios (Calle Campomanes)
2. La Placeta (Plaza de Sagasta)
3. Calle de la Roda (Calle de la Princesa)
4. Calle de Minaya (Calle la Florida)
5. Calle de San Clemente (Calle de la Prosperidad)


jueves, 11 de abril de 2013

PALABRAS DE CASAS DE HARO: EL ORAJE

Como lo más lógico cuando nos referimos a expresiones propias de nuestro pueblo, debemos consultar en la RAE para determinar el significado de esta palabra utilizada por nuestros ancestros. El oraje es "el estado del tiempo, temperatura, etc.". Es decir, si hacía buen oraje es que hacía muy buena temperatura y buen tiempo en general. Al contrario, si hacía mal oraje, hacía muy mal tiempo: viento, lluvia, pedrisco, etc...

En el libro de José María Torres Belmonte, "El habla de los pueblos turolenses de la Comarca Guda", se habla del oraje como estado del tiempo o temperatura, incluso refiriéndose al desusado por la RAE, tempestad. Se habla del "mal oraje porque hace un tiempo frío y desagradable".

En el libro "A propio Riesgo" de Francisco Navarro Navarro, también se habla del oraje:


En esta tierra de dios al tiempo atmosférico se le llama oraje. Los petulantes locales se cachondean del empleo de ese sustantivo, y de tantos otros, pues lo consideran algún localismo mal pronunciado e inexistente. Equivocadamente, pues la palabra aparece en el diccionario. Pero claro, los petulantes no consultan volúmenes, se fían de su olfato.
La gente del campo ha entendido casi siempre del clima, siglos de observación empírica les ha llevado a poder predecir, observando unas cuantas señales, el tiempo del día siguiente, de la semana próxima, o de todo el año.


Recordemos que para nuestros antepasados toda la vida giraba entorno al campo y a las labores agrícolas. Por tanto, debemos entender que el oraje hace referencia al tiempo en general, y al estado de las temperaturas en particular. Evidentemente, nuestros mayores tenían muy buena intuición, que todavía conservan los agricultores de hoy en día para que con un vistazo al cielo, conozcan completamente qué tiempo va a hacer durante el día.



Siguiendo a Joaquín López Barrera en su obra Estudios de semántica regional: arcaismos y barbarismos de la provincia de Cuenca, de 1905, no se circunscribe a un término general, sino concreto. Habla de la riqueza del lenguaje en el sentido que podemos determinar con una palabra lo que sentimos o buscamos. De la misma manera que tiempo es genérico, y oraje, particularmente, hace referencia al tiempo en ese determinado momento, lo compara a la palabra árbol, más genérica, y a pino, chopo, ciruelo en particular.

En ese sentido hace una apología del uso de orage (del latín auragium, que viene de aura, tiempo), y su versión romance de orage u oraje, para referirse a la idea general de tiempo (más arriba hablábamos del buen o mal orage) para referirnos al tiempo en particular que hace en un determinado momento y lugar. También defiende la descendencia de esa palabra del latín, como tronco común, y no del francés orage (que significa viento)

Ya Gonzalo de Berceo, padre de nuestra lengua española, en los Milagros de Nuestra Señora, en el siglo X. habla del orage bueno:
Ovieron vientos bonos luego de la entrada,
oraje muy sabroso, toda la mar pagada.
Y también lo hace, refiriéndose al mar oraje, en el Libro de Alexandre:
Cambiassel oraje, ensañase la mar,
compeçaron las ondas á premer é alçar.



miércoles, 10 de abril de 2013

PALABRAS DE CASAS DE HARO: HOGAÑO

Según la RAE, hogaño significa: en este año, a diferencia de antaño, en época anterior. Es más, adivina un término coloquial que denomina hogaño a "en este año, en el año presente". Se utilizaba en el lenguaje coloquial para referirse a las previsiones que podrían haber en estas cosechas, y era una palabra muy extendida en el lenguaje coloquial que, como sabéis ha caído en desuso.




Hay varios términos que Joaquín López Barrera utilizaba en su archiconocido Diccionario de vulgarismos y arcaismos de la provincia de Cuenca, ya en 1905, en el que hacía una curiosa referencia a las medidas de tiempo de nuestros antiguos moradores. Hablaba del término hogaño para referirse a "este año", de antaño para referirse al "año pasado" (no creo que nos vayamos a sorprender porque aún hoy se sigue utilizando esta palabra en términos coloquiales, y también hacía específica mención a los términos ayna o aína (pronto) y agora (ahora). También, temporalmente hablando, utilizaba el término "al cabo que" para referirse a una sucesión de tiempo.

Un refrán muy conocido por nuestros abuelos dice lo siguiente: "en nidos de antaño, no hay pájaros hogaño", para que entendamos, si no nos queda claro, el significado de esta palabra.

En un magnífico artículo de Fundéu de BBVA, que vela por el buen uso del español, se habla lo siguiente:

Es frecuente, más en las narrativas escritas que en las orales, el hacer uso de voces comoantaño —procedente del latín ante annum—, que significa 'tiempo pasado' y que se usa para referirse específicamente al año anterior como equivalente a “el año pasado”. Del latín hoc anno (en este año) procede la expresión hogaño para que contrapuesta a antañose refiera al año corriente, a este año, al año actual. Para la referencia del tiempo, era común en la lengua campesina (¿lo es aún?) el empleo del enantes para designar lo acontecido antes o como sinónimo del adverbio recientemente (en el caso de algunos países de América, según consigna el diccionario). Es vocablo también procedente del latín en el que se unen la preposición latina in y el adverbio ante. También es parte del lenguaje campesino el uso de otrora —literalmente, en otra hora— para significar 'en otro tiempo'.

Pero si tenemos que hablar de esta palabra nos quedaremos con una página web en la que apadrinan términos en desuso y dicen maravillas de esta palabra, principalmente que es más contundente que "este año".

¿Os imagináis diciendo FELIZ HOGAÑO NUEVO?


martes, 9 de abril de 2013

CONDE NIÑO O CONDE OLINOS



Corrían los primeros años de 1978. Ya sabemos, muchos de nosotros no habíamos nacido. Pero la historia que vamos a contar a continuación, extraída del libro "Antología de romances orales recogidos en la provincia de Albacete" de Francisco Mendoza Díaz-Maroto, del Instituto Don Juan Manuel de estudios albacetenses, de la Excma. Diputación Provincial de Albacete, de la edición de 1990, tiene nombre de mujer: y más aún, tiene nombre de mujer de Casas de Haro. Se atestigua que una vecina de nuestra localidad, llamada Ulpiana Delgado Montero, de 65 años, sabía un romance que transcribimos a continuación, para deleite de todos los habitantes de nuestro pueblo. Y se trata de uno de los romances de cordel de ciego, de los que han sido muy estudiados. También hay otros romances que entroncan con esta tradición como es el de la "Loba Parda" o "La perra guardiana".

Nuestro pueblo tiene una riqueza cultura y un acerbo interesante, que no podemos deshechar. En el propio libro se habla de Casas de Haro, refiriéndose a nuestro pueblo "muy cerca de los límites de la provincia de Albacete, aparte de que las fronteras folklóricas, como es bien sabido, tienen muy poco que ver con las administrativas".

De hecho, este romance del Conde Niño o del Conde Olinos ya ha sido tratado por estudiosos de la talla de Menéndez Pidal, y como veréis a continuación, trata del tema del amor más allá de la muerte.


El romance conocido como del Conde Niño o del Conde Olinos) nos cuenta el triunfo del amor más allá de la muerte (D. Ramón Menéndez Pidal, 1978, lo titula Amor más poderoso que la muerte. Aunque no existen versiones escritas completas del romance hasta el siglo XIX, parece que era conocido ya en el siglo XV pues algunos de sus versos aparecen en una versión del romance del Conde Arnaldo encontrada en un manuscrito atribuido a Juan Rodríguez del Padrón (Piñero y Atero, 1987).

Sobre el origen existen dos teorías fundamentalmente. De un lado W.J. Entwistle defiende el origen extranjero del asunto, y, de otro, P. Benichou “se inclina a pensar que elConde Niño es el resultado una conjunción de motivos de fuerte raigambre en el folklore hispánico, motivos que constituyen lo más atractivo y fundamental del tema: el poder mágico del canto, el amor perseguido y las transformaciones sobrenaturales de los amantes después de la muerte”(Ruiz Fernández, 1991).

Es un romance de amplia difusión en la tradición hispánica moderna y con muy distintas variantes, aunque puede hablarse de dos modelos diferentes: las versiones simplificadas en las que se produce una única transformación de los amantes muertos, común a las versiones andaluzas, y las versiones más alargadas en las que se producen sucesivas transformaciones de los enamorados (Piñero y Atero, 1987).




Se paseaba el rey-conde                 por la orillita del mar;
Mientras su caballo bebe,         el rey-conde echa un cantar.
La reina lo estaba oyendo               desde el palacio real.
-Mira, hija, qué bien canta               la serenita del mar.
-Madre, ésa no es la sirena,            que ella no sabe cantar,
que es el hijo del rey-conde,           que por mí prendado está.
-Si es el hijo del rey-conde,            yo lo mandaré matar:
vengan guardias a palacio,              que allí está Su Majestad.-
Otro día de mañana                        tres puñaladas le dan,
y otras tres a su caballo                  y lo arrojaron al mar.
La princesa que se entera,              casa de su tío va:
-Tío mío, si usted quiere,                un favor me va usté a dar;
tengo mis amores muertos              en la orillita del mar:
tío mío, si usted quiere,                   mándemelos a enterrar.
-Ese favor que me pides                 concedido lo tendrás.-
Cuando el entierro pasaba,             una voz se oyó gritar:
-¡Adiós, amante querido,                yo me quedo y tú te vas,
pero dentro de ocho días                a tu lado me tendrás!-
Pasa uno, pasan dos,                      la princesa mala está;
pasan tres, pasan cuatro,                la princesa grave está;
pasan cinco, pasan seis,                  la princesa muerta está;
pasan siete, pasan ocho,                 ya la llevan a enterrar.
A ella le salió una rosa                    y a él un hermoso rosal,
donde los ciegos y los mancos        allí se van a curar.
La reina se quedó ciega                  y a la ermita fue a curar:
-¡Ay, ermita, si me curas                yo te haré una catedral!-
Dentro de la misma ermita             una voz se oyó gritar:
-¡Dos amantes se querían,             no les dejaste casar,
y por eso tú ahora                         ciega te vas a quedar!-



EL DIENTE DE LEÓN

Cerrando este breve recorrido por las plantas arvenses de nuestro pueblo, rico en ellas, hablaremos del llamado Diente de León, que crece en terrenos baldíos y herbosos, en cunetas y entre el césped. Florece en primavera y lo recordaremos de chicos por soplas sus frutos o semillas que vuelan, como si de paracaidistas se trataran.

Estamos hablando del llamado diente de león, de la familia de las compuestas, con un nombre un tanto "vulgar": Taraxacum vulgare.

Es una planta anual o bianual muy pequeña de altura aproximada de un pie. Las hojas se estructuran en roseta basal, con lóbulos profundos de forma triangular y sin pelos. La flor es amarilla, sólo con lígulas, que por debajo son de color malva o castaño. 

Una vez ha florecido, las cabezuelas son de 3 a 7.5 cm de diámtero, las brácteas exteriores se curvan hacia abajo. El tallo es hueco y al igual que el resto de la planta exuda un látex blanco cuando se corta. Los frutos son aquenios con un vilano pedunculado.

En primavera, nuestros abuelos recogían los brotes tiernos para consumirlos en ensalada, aliñados con aceite de oliva y sal. Una vez endurecida su hoja adquiere un sabor amargo.

A modo de juego, las flores servían de adornos fugaces, ya que se rajaba ligeramente el tallo de una flor cortada, introduciéndose en la boca y presionando con los dientes sobre el tallo, de forma que al sacarlo las tiran se curvaban hacia atrás, formando una especie de lazo.


Los más pequeños jugaban también soplando sus semillas, que parecían paracaidistas. Evidentemente, esta técnica de dispersión de las semillas ayudaba a la propagación de esta pequeña planta.

Es una planta que crece sola o en pequeñas comunidades y su color amarillo la hace perfectamente distinguible en las cunetas, terrenos baldíos, etc...

De esta planta, se cuentan muchas curiosidades:


En el siglo XVI, el médico y botánico Leonhart Fuchs recomendaba el T. officinale como astringente, antidiarreico, para dolor estomacal y para favorecer la menstruación. Como otras especies semejantes de Taraxacum, suelen ser llamados, además de "dientes de león" (nombre que recibiría por sus hojas), también "áster" (latinismo que significa: astro o estrella) por la forma de su semilla voladora, y también "panadero"; suele ser costumbre en ciertas regiones tomar al vuelo una de las semillas y soplarlas diciendo la frase "panadero tráeme buena suerte".
El título de la novela El vino del estío (The Dandelion Wine) del escritor norteamericano Ray Bradbury hace referencia precisamente a un vino elaborado a partir de estas flores.
El nombre popular de "meacamas" (con variaciones regionales, como "churracamas" en Cantabria o "pissenlit" en ciertas partes de Francia) procede de una tradición infantil según la cual, si se arrancaba un ramo grande de flores de diente de león, el recolector sufriría de enuresis nocturna. Es posible que dicha tradición esté relacionada con los conocidos efectos diuréticos y depurativos asociados al consumo de la planta.



MEDICINAL

--Parte utilizada
Raíces y hojas.
--Recolección
Raíces en el otoño y hojas que se recogen tiernas a finales de invierno o principios de primavera hasta el otoño.
--Propiedades
Es amargo-salina, estimulante hepático, colagogo, colerética, antirreumática, tónica, depurativa de la sangre, aperitiva, hepática, antiescorbútica, diurética y laxante suave.
--Indicaciones
Interior: Elimina el exceso de ácido úrico. Indicada en el tratamiento de dispepsias, oligurias, estreñimiento, colecistitis y disquinesias hepatobiliares. Uno de los mejores activadores de las secreciones del hígado, páncreas e intestino. Se utiliza para depurar la sangre, en casos de retención de orina y contra la inflamación y las piedras de la vesícula biliar. En hemorroides, estreñimiento y obesidad.
Exterior: Indicada en casos de úlceras y enfermedades e inflamaciones de la piel.
El látex se ha utilizado en el tratamiento de verrugas.
ALIMENTACIÓN
Las raíces torrefactas se emplean como sucedáneo del café. Las hojas se consumen en ensaladas y hervidas como verdura. Las hojas se recolectan desde el final del invierno a la primavera. Los capullos florales también pueden hervirse como verdura o pueden conservarse en vinagre como las alcaparras.

En wikipedia, esta planta holoártica tiene los nombres más variopintos, dándose principalmente en la zona mediterránea.

Diente de león, Amargón, radicha, radicheta, panadero. América Central: Achicoria, amargón, botón de oro, lechuguilla, pelusilla. España: taraxacón, achicoria amarga, amargón, almirón, Pelosilla, Taraxacón, Corona de fraile, Achicoria amarilla, Achicoria silvestre, Bufas de lobo, Chinita de campo, Flor de macho, Frango, Lechiriega, Taraxaco, Tatusia.

BIBLIOGRAFÍA: 

VVAA. 100 FLORES DE LOS CAMPOS DE ALBACETE: GUÍA DIVULGATIVA DE CIEN ESPECIES DE PLANTAS COMUNES EN LOS CAMPOS Y ORILLAS DE CAMINOS DE ALBACETE. INSITUTOS DE ESTUDIOS ALBACETENSES DON JUAN MANUEL. EXCMA. DIPUTACIÓN DE ALBACETE. ALBACETE, 2003. 









lunes, 8 de abril de 2013

EL CARDO BORRIQUERO

Hoy hablaremos de esta planta, bianual, que crece en el margen de caminos, escombreras y terrenos baldíos y que todos conocemos, por sus pinchos y sus flores. Se trata del cardo borriquero -que como veréis en las fotos- aún no ha florecido, aunque durante la primavera y el verano le daremos oportunidad de deleitarnos con sus flores y sus tobas.





Esta planta, con el nombre científico silybum marianum. es una planta bianual, de hasta 1,5 metros de altura, el primer año se desarrollan las hojas inferiores con forma de roseta muy pegada al suelo. Ya el segundo año se secan estas hojas y aparece la planta con las flores. También llamado cardo mariano, lo podemos distinguir claramente por sus tobas y flores, y sus hojas verdes ocuras con sus nervios blancos.


Las hojas inferiores son grandes, con nervios blancos y fuertes espinas marginales tirando a color amarillo. Las superiores son abrazadoras con el margen espinoso. Las flores se agrupan en grandes cabezuelas, protegidas en la parte inferior con grandes espinas ligeramente curvadas hacia abajo. El fruto son aquenios con un corto villano de pelos blancos.

Suele crecer en terrenos baldíos, escombreras y en los márgenes de caminos. Los hemos podido ver en los márgenes de muros, a la sombra del sol en terrenos de labor.

Cuando se habla del cardo borriquero, es porque sus hojas se utilizaban para dar de comer a este animal. Es más, nuestros antepasados utilizaban sus hojas como verdura. Sus pencas de las hojas del primer año, se solían consumir en ensaladas o guisados.

Las hojas se utilizaban para dar de comer a los burros, pero también a conejos, ganado, etc... Las semillas también se solían utilizar para dar de comer a los pájaros domésticos, como canarios o jilgueros.

El cardo crece silvestre en el sur de Europa, también en el Norte de África y Oriente Medio, aunque se cultiva en gran cantidad en Hungría, Argentina, Venezuela, Ecuador y China.

En wikipedia, podemos encontrar muchas denominaciones para esta planta, muy extendida en la geografía española.

abrepuño, alcachofa, alcarcil borriquero, alcauciles, argolla, arzolla, bedegar, cardancha, cardancho, cardanchos, cardencha, cardincha, cardinchas, cardincho, cardo, cardomarino, cardo blanco, cardo borde, cardo borriqueño, cardo borriquero, cardo burral, cardo burreño, cardo burrero, cardo capotero, cardo capotudo, cardo de argolla, cardo de asno, cardo de borrico, cardo de burro, cardo de maría, cardo de Santa María, cardo lechal, cardo lechar, cardo lechero, cardo manchado, cardo maría, cardo mariano, cardo marinapo, cardo meriano, cardoncha, cardo pelotero, cardo pinto, cardo platero, cardos alcachoferos, cardo santo, cardo zapero, carduncho, cartamo marino, cártamo mariano, escarciles, escardancha, hedegar, lechero, mariana, molinillo, penca, pescaico, pincho burrero, pincho vulanero, silybo.


Esta planta forrajera ha dado mucho que hablar. En nuestro pueblo, un cardo borriquero se suele asociar a las muchachas feas  y desgarbadas, hablando de ellas que son como cardos borriqueros. En cuanto a refranes, nos podemos hacer una idea con "qué linda mata de romero; y resultó ser un cardo borriquero" o "cuándo, mas cuándo, llevará cerezas el cardo"

En la sabiduría popular existen más refranes sobre el cardo borriquero, y el cardo en general, relacionados con los meses del año: "Por Todos los Santos, siembra trigo y recoge cardos" o también "Por Abril, corta un cardo y saldrán mil".

Fijaros si resultará interesante y abundante el cardo del que hablamos que hasta hay gente que se dedica a hacer fondos de pantalla y frases ingeniosas y graciosas con el cardo borriquero, y para muestra un botón:


Interesante el uso medicinal que se le da por un vecino de Pinarejo al cardo borriquero:

Para terminar diré que hace de esto unos años en un viaje que hice a Cuenca (capital) me acompañaba en aquel día un paisano de nombre Clemente. Este hombre hijo de Pitune, un buen hombre allí donde los hubiera, me comentó, en una parada que hicimos para descansar en los baños de Valdeganga, que de joven estando un día pastoreando había contemplando, en el pozo las pitas, con estupor, una pelea a muerte entre un alacrán y una víbora y que cada vez que la víbora infiltraba de veneno el cuerpo del alacrán éste se alejaba y se restregaba sobre un cardo borriquero, toba, volviendo al instante a la lucha con más ímpetu. La historia me llenó de estupor, por algo muy sencillo, y es que resulta que hacia de esto unos años había leído yo, en un libro que tenía en casa, un pasaje sobre la víbora y el alacrán que se contenía en "el Discorides renovado",libro éste de botánica, escrito por Pio Font Quer. En una de sus páginas, sepa Dios cual, se recogía una historia parecida a la que acabo de contar que había ocurrido 100 años antes en la cordillera pirenaica. 

Entre algunas de sus virtudes, de ahí lo que hacia el alacrán, se encuentran: que es un buen remedio contra los desfallecimientos del aparato cardio-vascular. Su penca se puede comer tanto cruda, en ensaladas, como hervida y sirve para descongestionar el hígado. 

Para que veáis las utilidades culinarias que tiene el cardo, podemos hacer un guiso de cardo con salsa de almendras y jamón.



Ingredientes
Para 4 personas
  • Un cardo grande o dos botes de cardo embotado (unos 800 gramos netos)
  • 60 gr. de almendra cruda
  • 60 gr. de jamón serrano picado
  • 2 dientes de ajo
  • 200 ml. de caldo de cocción del cardo o de caldo vegetal
  • 200 ml. de leche entera
  • 1 cucharadita colmada de harina
  • Aceite de oliva
  • Sal
Preparación
Si se compra el cardo fresco, preparar un bol con agua abundante y el zumo de un limón. Cortar la base del cardo y desechar las hojas exteriores más duras. Pelar las demás con un pelador, eliminando las hebras duras. Cortarlos en trozos de unos 5 cm. y dejarlos en el agua con limón mientras se van pelando.
Poner a hervir agua abundante con sal y un chorrito de aceite. Cocer el cardo hasta que esté tierno (entre 45 min. y 1 hora).
Si el cardo es de bote, hay que escurrirlo bien y darle un enjuague para eliminar los restos del líquido de la conserva. Si es congelado, seguir las instrucciones del envase para cocerlo.
Majar las almendras en un mortero, hasta que quede molida pero no del todo (con algunos trocitos).
En una cazuela baja o sartén grande, dorar los ajos cortados en láminas y el jamón picado a fuego suave con un buen chorro de aceite de oliva. Añadir la harina y dejar que se haga un par de minutos.
Mojar con el caldo del cardo o de verduras y subir el fuego. Un par de minutos después, añadir la leche. Remover constantemente con una cuchara hasta que espese un poco. Añadir entonces el cardo y dejar que se haga a fuego suave unos 5-10 minutos.
Sumar por último la almendra y cocer un minuto más. La salsa tiene que quedar ligada pero no muy espesa; si lo está, añadir un poco de agua. Corregir de sal. Servir en plato hondo.
                                  


















sábado, 6 de abril de 2013

LA TAMARRILLA BORDE

Esta planta, de las familias de las crucíferas, pertenece a la misma familia que la tamarilla, especie de planta arvense que es apreciada por su sabor y por sus "espárragos". Sin embargo, la tamarilla borde, también llamada, anteojos, crece en campos de secano cerealistas y en márgenes de caminos.

Esta planta es muy común en Casas de Haro. Se puede hallar en caminos, campos de labor, campos de barbecho o tierras baldías. Su nombre, biscutella auriculata, y su familia, las crucíferas, las entronca con la tamarilla, cuyos espárragos son apreciado plato gastronómico; por ejemplo, en la vecina población de Pinarejo:

Como no tengo dinero para comprar 
Caviar ni cordero lechal 
con el hambre que tengo que buenos que están 
los espárragos de tamarilla 
que crecen en la Veguilla en medio del trigal.

Es una hierba anual, de hasta medio metro de altura, entre 40-50 cm. Las hojas basales se disponen en roseta y son enteras o dentadas y pecioladas. Las superiores son alternas y sin peciolo, estando soldados por su base al tallo.

Las flores amarillas, están dispuestas en racimos alargados, sobre los que se disponen, con cuatro pétalos en forma de cruz, cuatro sépalos y seis estambres. 


El fruto es una cápsula con dos valvas de hasta unos dos cm, con forma característica que recuerda a los anteojos. De ahí el nombre vulgar que se emplea por estos lares para referirnos a ella. En cada una de las dos mitades del fruto posee una semilla lenticulada.

Como casi todas las plantas de la familia de las crucíferas, su raíz contiene sustancias peligrosas para la salud, que pueden contener elementos tóxicos que pueden provocar bocio.


En wikipedia, hallamos formas vulgares con las que podemos referirnos a esta planta crucífera:

anteojera, anteojeras, anteojos, anteojos de Santa Lucía, génaves, hierba de los anteojos, tamarilla, yerba de los anteojos

En cuanto a su uso medicinal, esta planta tiene propiedades diuréticas y antiedematosas, aplicadas en tisanas:

La composición de esta hierba es totalmente desconocida. La razón de que nuestros antepasados se fijaran en ella fue la curiosa forma de sus frutos, que se parecen a unos anteojos vistos de frente. Posteriormente se descubrió que la tisana hecha a base de la hierba tenía ciertas propiedades diuréticas. Se comprobó, asimismo, que poseía propiedades antiedematosas, relacionadas sin duda alguna con su virtud diurética. No se le conoce ninguna otra propiedad, ni se sabe a ciencia cierta si se sigue utilizando. Las hojas tienen cierto sabor herbáceo, al igual que el tallo, este último quizá algo amargo.