Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

martes, 13 de agosto de 2013

LAS SUPERSTICIONES

Hoy martes y 13, de agosto de 2013, vamos a hablar de las supersticiones, como parte de las costumbres que tiene nuestro pueblo manchego. ¿Quién no ha oído a sus mayores referirse a las supersticiones como un pensamiento casi mágico para ahuyentar lo malo o atraer lo bueno? Nos adentraremos en el mundo supersticioso y veremos el origen de nuestras supersticiones más arraigadas.


El Diccionario de la Real Academia de la lengua española define superstición como "creencia extraña a la fe religiosa o contraria a la razón".


No es nuestra intención entrar en una disquisición filosófico-religiosa sobre el origen y la intencionalidad de las supersticiones. Sólo diremos que, desde siempre, han estado arraigadas al ser humano como símbolo o forma de atraer la buena o mala suerte y como creencia. De hecho, en el día a día siguen existiendo supersticiones mezcladas en todos los ámbitos de nuestra vida. En el diario El País, el 14 de abril de 2008, se informaba que la Agencia Espacial Rusa había cambiado el nombre de su misión para evitar el número 13.

Manolo Tena ya cantaba en 1992 una canción, incluida en su disco "Sangre Española", muy popular en España, llamada "Tocar madera". Proponemos recordar esta magnífica canción, compendio de muchas de las supersticiones, para adentrarnos en las supersticiones más arraigadas de nuestro pueblo y de la Mancha en general:


En la wikipedia, el origen etimológico de la palabra superstición viene a indicar 

Etimología del término: la palabra española «superstición» corresponde al verbo latino super-stare (‘permanecer sobre’, que para los romanos tenía el sentido figurado de «ser testigo» o «sobrevivir»). De acuerdo con Cicerón, y después Isidoro de Sevilla, la idea de trascender y perpetuarse a través de la realización constante de rituales subyacía en el uso de esta palabra.

En una de las numerosas listas del Diario 20 Minutos se incluye una lista de las 10 supersticiones más arraigadas de nuestra sociedad. Entre ellas está el Martes y 13, cruzar por debajo de una escalera, encontrar un trébol de cuatro hojas, cruzarse con un gato negro, etc... Definen la superstición de la siguiente forma:

Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera irracional en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. El supersticioso cree que ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, pueden influir de manera trascendental en su vida.

Nuestro pueblo, como otros muchos lugares de España, ha tenido supersticiones a lo largo de su historia, especialmente relacionadas con malos augurios. El martes y 13 ha tenido y tiene una especial significación para todos nosotros. Tiene su origen en el día martes en el que por la wikipedia se hablaba que 

La muerte del Rey D. Jaime de Aragón y el destrozo que sus tropas sufrieron en Luxen un martes provocó que desde entonces comenzó el vulgo a llamar aquel día, que era martes, de mal agüero y aciago

y también en el número 13 porque 

Por su lado el número trece desde la antigüedad fue considerado como de mal augurio ya que en la Última Cena de Jesucristo había doce apóstoles y Jesús. Se considera a Judas el traidor como el número 13. La Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. También una leyenda escandinava cuenta que, según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal era el 13º invitado. En el Tarot, este número hace referencia a la muerte y a la desgracia eterna y para otra vida.

Vicente Joaquín Bastús y Carrera, en 1862, en "La sabiduría de las naciones" establecía el significado que, desde antiguo, tiene el refrán "en martes no te cases, ni te embarques" 

En martes no te cases, ni te embarques. Entre el vulgo supersticioso es lo mismo que decir, en día aciago y funesto como el martes, no emprendas ningún negocio de importancia. El martes, tercer día de la semana consagrado al planeta y dios Marte, del que lomó el nombre y con cuya figura le representan, fue considerado entre los egipcios como dia de muy mal agüero, porque decían era el del nacimiento de Tifón, uno de los gigantes que se atrevieron a escalar el cielo. Entre los turcos es también el martes enumerado entre los días funestos, como el jueves lo era entre los griegos; por cuya razón no suelen ponerse en camino, ni emprender en él cosa importante. Nuestro ilustrado Feijóo habla detenidamente acerca del origen de esta preocupación, de la cual no estábamos nosotros exentos, y que logró desvanecer mucho con sus escritos. El origen de esta especie de proverbio dicen que fue el haber sido martes el día en que el rey D. Alfonso el Batallador, primero de Aragón, fue vencido por los moros, y muerto en la batalla de Fraga el año de 1134. Pero si la desgracia sucedió, como cree Zurita, el 7 de setiembre, este día fue viernes, y solo podrá favorecer la opinión tan vulgar y supersticiosa como la otra, de que la calidad de infausto comprende a los tres días de la semana en cuyos nombres entra la letra R, como martes, miércoles y viernes. De aquí el otro refrán: En Viernes, Miércoles y Martes, no te cases, ni te embarques. Hablando Mariana en su Historia de España —Año de 1276, libro XIV, Cap. 2— de la muerte del Rey D. Jaime de Aragón y del destrozo que sus tropas sufrieron en Luxen, dice: El estrago fue tal y la matanza que desde entonces comenzó el vulgo a llamar aquel día, que era martes, de mal agüero y aciago. Quevedo, riéndose de esta supersticiosa creencia, dice: El martes es día aciago, para los que caminan a pie, y para los que prenden. También dice: Martes toma todo lo que te dieren y no repares en cumplimientos.
En nuestro pueblo, al igual que en otros muchos de la Mancha, se utilizaba el martes y 13 como día aciago para negociaciones y bodas. "Martes y trece; ni a tu hija cases, ni a tu marrano mates". La mejor superstición y más curiosa con esta fecha tiene que ver con las gallinas, puesto que "si quieres que tu gallina huevos saque, no le pongas trece huevos ni la eches en martes".  

Todas las supersticiones se pueden dividir en cuatro grupos:



  • SUPERSTICIONES DE MAL AUGURIO. Estas supersticiones tienen que ver con augurios negativos relacionados con hechos naturales o determinados animales. Por ejemplo, los lagartos, sapos, culebras y demás reptiles en general siempre han sido vistos como portadores de malos augurios, desgracias o problemas futuros. Esta tendencia viene influida muchas veces por la creencia cristiana que asocia a estos animales con la personificación del mal o del diablo. Por ejemplo, el sapo que es muy beneficioso para las cosechas está relacionado con la personificación del mal, cuando es muy bueno para las cosechas porque las elimina de insectos. En nuestro pueblo se habla que cuando una lechuza aparecía por la noche y se posaba en un tejado, en esa casa habría una muerte futura. También en lo relacionado con verter el vino o derramar la sal: "Verter el vino es buen sino; derramar la sal es mala señal".


  •  SUPERSTICIONES DE BUEN AUGURIO. Este grupo de supersticiones son quizá las menos numerosas, pero sin embargo también están arraigadas en nuestro pueblo y en otros muchos. Suelen estar definidas como supersticiones que atraerán la suerte. Por ejemplo, siempre se dice que el que encuentra un trébol de cuatro hojas, hallará la buena suerte. En nuestro caso, nuestros antepasados atribuían a encontrarse una herradura muy buena suerte. De hecho, dice el refranero que "quien encuentre una herradura, guárdela para su ventura". Otra superstición muy arraiga es pisar el excremento de algún animal, ya que atrae la buena suerte, aunque el incauto que la pisó lleve las suelas manchadas de porquería con el consiguiente olor.

  • SUPERSTICIONES DE FUTURO. Normalmente hay un tipo de supersticiones agrupadas con los agentes climáticos que ayudaban a predecir un futuro más o menos próximo. No olvidemos que nuestro pueblo, por su eminente carácter agrícola estaba salpicado de supersticiones relacionadas con la predicción de fenómenos futuros. Pongamos el ejemplo de "agosto fríe el rostro, pero por la noche frío en rostro" o "lo que agosto madura, septiembre lo asegura".
  • SUPERSTICIONES CONTRA EL MAL AUGURIO. En nuestro caso, este grupo de supersticiones está muy relacionado con las supersticiones de buen augurio. Es obvio que una superstición contra el mal augurio ayuda también a atraer la buena suerte.  Por ejemplo, el hecho de "tocar madera" cuando nos referimos a algo es una superstición de lo más extendida para ir contra el mal augurio que pueden traer nuestras palabras o con la creencia de que la suerte estará de nuestro lado. También el decir "Jesús" cuando se estornuda, puesto que antiguamente se consideraba de mal augurio toser o estornudar, por la cantidad de epidemias de gripe y otras enfermedades que sufrió nuestro pueblo.

En Casas de Haro, y en la Mancha en general, siempre se ha tenido la creencia de mala suerte asociada a algunos animales o insectos como que un abejorro negro que pudiera aparecer por un patio o una casa, con su típico sonido al batir las alas, que era señal de desgracia o de muerte. Imaginaros el cartel que podría tener un lagarto verde. Por ejemplo, el mochuelo también tiene mal cartel: "el mochuelo es pájaro de mal agüero".

Cuando se hacían gachas en el pueblo, y había muerto alguna persona, se creía por superstición que el muerto venía a meter el dedo en la sartén. Además, también se habla que si se hacían gachas el día de los santos, cualquiera de los muertos venía a meter el dedo en la sartén. La informante María José Calvo Cuenca nos ha comentado que escuchaba a sus padres comentar que de todas las versiones que ha oído la que más credibilidad le da es la de que esta superstición viene de la época de hambruna. Se cuenta que unos paisanos estaban en plena faena del campo preparando una "sartená" de gachas. Sin embargo, ésta era demasiado pequeña para la cantidad de comensales que se ponían alrededor. Esa misma mañana había muerto alguien en el pueblo y no se le ocurrió a uno, el más avispado de todos, que el muerto, al que le gustaban mucho las gachas iba a venir a meter el dedo en las gachas. Los comensales, con asco y con cierto miedo, dejaron la sartén y este señor, muy avispado, se comió la sartén él solo. Añade nuestra informante que la moraleja de la historia es que "si tienes hambre y la posibilidad de comer, venga quien venga, vivo o muerto, no dejes de comer".


La religión y la simbología han tenido siempre arraigo en el ordenamiento de las creencias. Los números, que en principio no son ni buenos ni malos, asociados a la religión tienen un significado especial. En nuestro pueblo, al igual que en todos y siguiendo a Pascual Martínez en su libro "Tradiciones y costumbres de Casas de Benítez" editado por el Excmo. Ayuntamiento de Casas de Benítez. Albacete, 1996, se comenta que
El 3, la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El 7; los Sacramentos son siete.
El 10; los Mandamientos son diez.
El 12; los apóstoles son doce.
El 33; la edad a la que murió Jesús era de treinta y tres años.
En conclusión, la superstición no es ni buena ni mala: forma parte de nuestro acerbo cultural y de nuestras tradiciones más enraizadas. Sin embargo, cualquiera pasaría por debajo de una escalera o no conservaría una herradura que se encontrara caminando en el campo. Son parte de nosotros mismos, de nuestros antepasados, y como tales no deja de ser pintoresco de nuestro carácter manchego enraizado con el devenir de la vida, la sociedad y de los elementos agrícolas. 





viernes, 9 de agosto de 2013

EL MORAL

El Moral es una de las fincas que componen nuestro término municipal, en las coordenadas geográficas 39.261467-2.230998. Su origen es inmemorial, ya descrito en relaciones geográficas de Felipe II, dado que ha sido desde un inicio un privilegiado lugar de paso para la trashumancia con abundante pasto y matorral. En El Mercader de Galera, el origen de esta finca es un poco tétrico, cercano a la leyenda. Realizaremos también un curioso recorrido por la historia de esta zona de nuestro pueblo a través de las actas del Ayuntamiento de Casas de Haro.


El Moral es una finca situada en el sureste de nuestro término municipal, cercana a la autopista de Ocaña-Albacete. 

Desde tiempo inmemorial ha pertenecido a nuestra población, y si atendemos a leyendas, en ella había un moral centenario en el que se ajusticiaban a reos. Por su delimitación transcurría el camino Real de la Mesta, y también una calzada romana.

Como paso de la trashumancia y también como finca de pasto, fue estratégica en tiempos de Felipe II. Su adhesión al término de Casas de Haro se produce en 1834, pues anteriormente todo nuestro municipio pertenecía al vecino San Clemente. Por tanto, es una aldea que surge como pequeña casa de labor en los siglos XVI-XVII en un terreno especialmente delimitado como pastizal, por su elevada concentración de monte bajo en el que había mucha ganadería. Con la sucesiva deforestación, esta aldea se va convirtiendo en un latifundio en el que el cultivo del cereal y la vid, principalmente, será su fuente de riqueza.

Realicemos un recorrido histórico de esta finca por la documentación existente en el Excmo. Ayuntamiento de Casas de Haro, atendiendo especialmente en este recorrido a las actas de sesiones de nuestro Ayuntamiento.



El 23 de julio de 1865 se nombra una junta de vecinos del pueblo para desentrañar el censo agrícola de la población. Asimismo se decide realizar una división del pueblo en secciones para hacer el pedido de cédula de inscripción, haciéndose el pedido de 300 cédulas de inscripción:
  • ·         Barrio de Abajo y las Casillas.
  • ·         Barrio de los Pavos y colindantes (Porretas, Carlotas y Ruipérez)
  • ·         Casa de la Cañada, Casa de don Dámaso, Miguel Rico.
  • ·         Casa del Rey, de los Simarros, del Moral, de las Chozas.
  • ·         Villa el Pardillo, la puso en casa, Sanchón, Las Beatas, Buena Vista y casa del Monte.

El 22 de marzo de 1891 se acuerda modificar sustancialmente las condiciones para las elecciones que se celebrarán durante ese año[1]. Lo que resulta es que por el Padrón de Habitantes de 1887, resultan en Casas de Haro 1129 habitantes de derecho, lo que modifica el número de concejales que pasa a ser 9.
Anteriormente, se expone que había 7 concejales, elegidos 4 de ellos por la circunscripción de San Julián y 3 de ellos por la circunscripción del barrio de abajo. Ahora, se elegirán 5 por la circunscripción de San Julián y 4 por la del barrio de abajo.
Pasamos a enumerar las circunscripciones y los barrios que pertenecen a ellas:


  1. Sala Capitular.
ü  Todas las calles del barrio llamado de abajo.
ü  Caserío del Monte Viejo, propiedad de los señores Gosálvez.

  1. Distrito de San Julián.
ü  Barrio de las Casillas.
ü  Los Pavos o Casas de Arriba.
ü  Calotas.
ü  Ruipérez.
ü  Porretas.
ü  Casa de Bonilla.
ü  Casa de don Dámaso.
ü  Casa de los Simarros.
ü  Villalpardillo.
ü  Las Beatas.
ü  Casa del Moral.
ü  Casa del Rey.
ü  Miguel Rico.
ü  Sanchón.
ü  Las Chozas[2].


El 13 de septiembre de 1903 se hace referencia al arreglo del camino que desde el barrio de Arriba iba a las Chozas y el Moral, desde el que venían los carreteros a recoger vino y zumaque para exportar, estando instransitable en la época de lluvias. Así podemos leer textualmente: 

El Señor Presidente dio cuenta de la Real Orden fecha catorce de agosto último sobre caminos vecinales y vista la necesidad de que en este Distrito Municipal se arreglen por cuenta del Estado los más precisos y los de más utilidad, por unanimidad se acuerda: que los caminos vecinales por los que se transportan todos los frutos son el que partiendo del Barrio de los Pavos en el molino del Sordo pasando por Las Chozas y El Moral empalma en la carretera de Madrid a Valencia en este término jurisdiccional para conducir a la Roda los frutos de zumaque y uva únicas que tiene este pueblo para exportar y que sirve para hacer la exportación a la indicada villa de la Roda, en cuyo camino se pone intramitable en las épocas de lluvias; que por lo malo que se pone dicho camino temen venir a por vino los albacetenses que con los que vienen aquí a por los vinos blancos y moscatel tan renombrados, y por no dejar la carretera tienen que ir a Minaya aunque les cueste más el vino y sea de peor calidad, porque de tomar el camino que se pide se arregle es imposible llegar al pueblo ni aún doblando los tiros y con peligros inminentes"

El 23 de noviembre de 1977 se determinan los cotos de caza, entre ellos, veremos que ya aparece el de El Moral, y es que esta zona salpicada de pinares y matorrales es un lugar excelente para ejercitar la caza:

Coto AB-10.455 “El Moral”; Titular: D. César Martínez Martínez. Superficie: 619 has. Grupo II – Renta unitaria: 30 pesetas. Base imponible: 12.570 ptas.

El 16 de noviembre de 1995 la alcaldesa de nuestra población reúne al Pleno para apoyar al Ayuntamiento de Casas de Benítez por el inminente cierre del cuartel de la Guardia Civil de Casas de Benítez y, entre otras razones para apoyar el no cierre de este cuartel está:

     Por pueblos y aldeas que llevan a su cargo: Casas de Guijarros, Pozo Amargo, Casas de Haro, Casas de Benítez, El Carmen, llegando hasta el límite de Albacete, conjuntamente hasta Minaya y Villalgordo. Aldeas de Casas de Haro: Villapardillo, Monte Viejo, Las Chozas, El Moral, Casa de los Simarros, Balsillas, El Lentiscar, Casas de la Cañada, Cada D. Dámaso.


En una obra de José Antonio Blázquez Romera, llamada El Mercader de Galera, diario de un morisco (1569-1570), en el capítulo XI, se ofrece un pasaje muy curioso acaecido en la finca El Moral, de la que se dice había una morera centenaria donde ajusticiaban a las gentes y las colgaban, y en las Casas de Haro, un sitio de la Mancha donde se tenía por costumbre apodarles "los guachos".
Además, hace una reflexión curiosísima de un ermitaño, llamado Carracuca, que es, según el protagonista, el mejor "cristiano viejo" que existía, con cierta mala leche o quizá ecuanimidad, puesto que respetaba las costumbres moras. 
Tras unas tres leguas mas o menos llego a la majada de El Moral que es un lugar donde los pastores que recorren los caminos de el sur tiene a bien resguardar a los rebaños. Es un corral de piedra seca, con dos varas de alto y con mas de dos fanegas y que además esta separado en tres partes y en cada parte un chozon de piedra y cañas y en la entrada principal se levanta majestuoso el moral que le da nombre a este sitio y que debe de ser de mas de doscientos años, pues tiene de ancho como casi treinta pasos, pero que ningún cristiano se atreve a resguardarse en su sombra, pues se cuenta que en la antigüedad colgaban de sus ramas a los criminales y ladrones y que sus almas siguen presentes de los nudos correderos y que yo mismo me he pegado buenas siestas reposando en su grueso tronco y no me despertaron ni me dieron mal dormir.
  Casi llegando al lugar empiezan a darme en el rostro unas gotillas de agua nieve y doy gracias al profeta Mohadmed por estar cerca de lo resguardado.
  Al llegar parece que me vieron venir, pues salieron a recibirme dos pastores que son hermanos y que ya les encontré otras veces por estos andurriales y que vienen de por las sierras de La Puebla y que llevan un ganado de ovejas de mas de doscientas cabezas, a pasar el invierno a el sitio que le llaman Casas de Haro y que es pueblo de las tierras de Cuenca, en donde tienen la familia y que les apodan “los guachos”. Me abren el portón hecho de palos anudados y refugio a los animales en una choza que queda libre y en donde yo "mesmo" pasare la noche, pues no esta el tiempo para seguir.
Me reúno con ellos en su garita ya que tienen una buena lumbre echada y buenas alforjas con lo de comer y beber y que nada mas llegar me ofrecen una buena piedra plana para mis posaderas y unos tragos de vino prohibido para el estomago.  Entre trago y bocado, terminamos con esa tontuna varonil de contar nuestras aventuras con el “mujerío” , que la mitad son verdades y la otra fantasías de los que pasamos hambre de los placeres en nuestra soledad de caminantes y no nos damos cuenta de que la nieve esta manchando la tierra hasta que salimos a desatar las botijas en la puerta de la choza.
  Nos metemos de nuevo a cobijo y seguimos con la faena que nos dejamos a medias y me dicen que llegaron ayer por la mañana y que no partieron hoy por adivinar el mal tiempo y que cuando llegaron se encontraron en una choza a el ermitaño Carracuca y que le vieron con muy mala cara y que casi no se tenia de los pies  que casualmente pregunto por mi y es que a esta persona la tengo como a un padre, y es el único cristiano viejo que entiende a nuestra gente y participa en nuestras fiestas y bodas.
A Carracuca le conozco desde que tengo el uso de razonar, pues mal vivió casi veinte años entre Galera y Castillejar y después a estado por toda la comarca y no pudo nadie ni nada retenerlo o echar raíces , ni tener sitio fijo. 
  Se sentaba por las tardes de verano en el mismo filo de las murallas de el castillo contemplando las puestas des sol y observando a las golondrinas y los zagales que le perdimos el miedo nos apegábamos a el, digo esto porque su aspecto no era muy normal, pues llevaba un habito con una capucha y como cincho una soga de esparto, descalzo con los pies mas negros que el carbón, una barba entre canosa y blanquecina que le llegaba al mismo nudo de las tripas y los ojos hundidos y brillantes, que mas bien parecía la "mesma" muerte con piernas.
  Nos dijo que había nacido mas allá de los montes que hacían de espinazo en otras tierras lejanas y que su nombre verdadero era Pedro de Caraqueaux y que de mozo fue soldado de fortunas y viajo mas allá  de los mares de Asia y que contemplo las murallas de Jerusalén y las piedras de La Meca y fue mal herido en un mar de arena, donde solo había hombres negros y que comían carne de personas, que fue también en busca de lo dorado a las nuevas tierras de la Nueva España.
Cuando regreso le dio un “bentusque” divino y se hizo Fraile y sirvió como custodio de un santo copón en las tierras frías de el norte en un lugar que le llamaban San Juan de la Peña y fue en este lugar donde le pusieron lo de Carracuca, pues se hacia difícil para los castellanos pronunciar su apellido verdadero, de tal manera un día de primavera estaba traduciendo al castellano unos pergaminos muy antiguos que estaban en unas letras extrañas y que según el era el idioma de Arameo y que dichos escritos hablaban de unos jinetes que asolarían este mundo y acabaría con el mal para siempre y que de unas líneas aparecieron los nombres de Galera y Granada .
  Nos dijo que decían algunos reglones que un poco mas de la mitad de el siglo décimo quinto de nuestro señor,  la sangre bajaría por las calles de Galera como si de una fuente estuviera en lo alto y que en el noveno año del siglo vigésimo primero la tierra formaría olas en movimiento y no quedaría nada ni nadie que pudiera contarlo, pues se abrirían una grandes simás que se lo tragarían todo.
  Con el paso de los años la gente lo empezó a tomar como a un viejo loco y algunos de nosotros crecimos con aquellas historias y relatos que nos transportaban a tierras lejanas y la chiquillería le sacaban burla y le arrojaban piedras como si de un muñeco de paja se tratara, pues hasta los de mayor conocimiento se divertían de el con engaños y risas de crueldad, que hasta los mismos cristianos no le querían en Galera, por ser persona que jamás piso la iglesia ni misa alguna, pues el decía con razón que a Dios se lleva por los adentros y que la única iglesia era la justa vida de cada uno y que las imágenes veneradas eran muchas mas que los pecados y las injusticias y que con las confesiones se hacían negocios de almas y que el perdón viene desde el arrepentimiento y no desde las manos de un cura.
  Sin darnos cuenta desapareció de nuestras vidas y yo siempre le echaba de menos cuando me bajaba con mi tío a unas paratas de cerezos que tenia por debajo de la fuente de Huevo, pues Carracuca se había instalado en un covacho de por bajo de los peñones de "la caracuadrá" que hay justo encima de por la fuente, el me enseño a entender a los animales y a todo lo verde y me dicto con paciencia el arte de las "cabañuelas".
Me lo volví a encontrar en el primer viaje que di con mi padre por la parte de Caniles.


[1] Durante los días 10 y 14 de mayo. Recordemos la alternancia de partidos, por un lado; y el posible “fraude” debido al bipartidismo imperante en esos años.
[2] Es evidente que esa ventaja primera de 5-4 electores se ve reducida, puesto que, aunque el barrio de Arriba gane en concejales al de abajo, debemos suponer que están aglutinados todos los barrios colindantes en esta sección, con lo que a menos que los 5 electores salieran del denominado barrio de arriba, cosa harto improbable, la mayoría de señores del Ayuntamiento siempre procederá del barrio de abajo, con el consiguiente predominio del barrio de abajo sobre los demás barrios. Habría que fijarse en que los electores aglutinados incluyen el Barrio de Ruipérez y el Barrio de las Casillas, siempre pertenecientes al Barrio de Abajo.

jueves, 8 de agosto de 2013

LA COCINA MANCHEGA

En nuestro pueblo, al igual que en toda la Mancha, la casa manchega tenía un corazón. Según el libro, "Los pueblos más bellos de España", de la editorial Readers Digest, 1983,

Cocina típica manchega del museo de Hoya Gonzalo, en Albacete
La casa manchega surge en torno a las actividades agropecuarias y está condicionada por el clima seco de la Meseta, por los materiales de que dispone y, lógicamente, por las ordenanzas municipales. La parte destinada a vivienda vierte a la calle anterior o principal y a un patio interior punto central de estas construcciones. Este patio se encuentra cerrado, en la parte posterior, por un cuerpo de dependencias para almacenamiento de productos del campo, aperos de labranza y cuadra; a su vez se abre a otro patio de mayores dimensiones o corral, que dispone de entrada independiente por la calle trasera a través de un gran portalón.

Casa de Alonso Quijada de Salazar, personaje real sobre el que se inspiró Don Quijote de la Mancha.Puerta falsa, por donde la fantasía quire hacer salir a Don Quijote sobre Ronicante.


La cocina era el lugar donde se hacía vida: donde se cocinaba, se comía, se charlaba, se hablaba del tiempo en el campo, se contaban historias al orete de la lumbre, en definitiva, era el corazón de la casa. Hoy en día, la cocina se ha reducido al espacio para cocinar. En algunas casas, aún hoy se come en la cocina, pero su mudo testigo de conocedora de todo lo que pasaba en la casa lo ha cedido al moderno salón-comedor.

Normalmente, uno de los elementos que existía en cualquier cocina que se preciara era el fogón, donde se echaba la lumbre. Este fogón estaba en una esquina o rincón, y su chimenea era protagonista de toda la sala. Los inviernos crudos se hacían orilla de esa lumbre primigenia que ayudaba a sobrellevar los inviernos. Uno de los artefactos más codiciados en esa época eran los llamados calentadores, una especie de sartén que se llenaba de ascuas y servía para calentar las gélidas camas o jergones del invierno.


En esa lumbre, que se echaba todos los días siempre había un cubo de agua que se dejaba en su orilla para que nunca faltara agua caliente. El agua, por supuesto, se sacaba en muchos casos del pozo que existía en el patio, aunque había familias, quizá las más humildes, que tenían que hacer uso del pozo que existía en las dos plazas principales de nuestro pueblo, la Plaza Mayor en el barrio de abajo y la Plaza de Castilla, en el barrio de Arriba.

No existía otra forma de dar calor. Eran muy pocas las casas que contaban en ese entonces con una estufa de leña en otras habitaciones que servía como calefacción en el crudo invierno. En esa lumbre se cocinaba o se guisaba cualquier plato: no era de extrañar que en ese momento existieran elementos que han ido quedando en desuso y que sirven para adornar alguna casa moderna: trébedes, sartenes y cazos con patas, pucheros, etc...

Todos los días se echaba la lumbre; con un tocón de oliva o de carrasca y encima de ella una gavilla de sarmientos, unas cepas o unos palos de zumaque ya estaba la lumbre hecha. Y no era de extrañar que a mediodía, cuando cualquiera pasaba a la casa, un olorcillo agradable viniera de la cocina. No es menester recordar toda la cocina manchega en su extensión, pero sí podemos hablar de los guisados, los cocidos, los potajes, los caldos, las gachas, las migas ruleras, los atascaburras, etc...

En un lugar privilegiado estaba la mesa, donde todos comían. Por supuesto, todo el mundo comía en la misma fuente o sartén. Se apartaba de la lumbre, se ponía en un lugar privilegiado y toda la familia, en corro, como ahora podemos hacerlo en el campo, comían lo que hubiera. En muchos casos, el hambre hizo a nuestros antepasados preparar guisos en base a las hierbas que había en el campo: no es de extrañar guisos a base de espárragos, collejas, cardos de todo tipo, y otras más que venían de la época de escasez que se padecía a lo largo de la historia. De hecho, no es de extrañar que en muchas cocinas, cuando se entraba se viera colgadas de las vigas del techo uvas, melones, picantes, ajos, tomates, chorizos, morcillas, jamones, etc...
Antiguamente, en las vigas o en unas varas a lo largo de la cocina se colgaban frutas o carnes. http://www.deorgaz.es/articulo-quesomanchego.html

No olvidemos tampoco la despensa como parte fundamental de la cocina, donde se guardaba el ajuar de toda novia cuando se casaba: sartenes, pucheros, perolas, cestas, cazos, y también elementos como el tocino, la cesta del pan, etc...  La despensa tenía la función de guardar cacharros más grandes: la alcuza del aceite o del vino, las perolas más grandes, etc...Tampoco podemos olvidarnos de la alacena, que era una especie de armario que estaba situado en la cocina, y empotrado a cualquiera de las paredes. En ella se guardaban los utensilios propios de la cocina para cocinar como podrían ser los cucharones, los platos, los vasos, las tazas, los cazos. Quizá lo que estuviera más a mano o tuviera más uso. Según la wikipedia, la alacena 
Alacena manchega

Las alacenas comenzaron colocándose en los comedores por su proximidad a la mesa en la que se realizaban las principales comidas. Los manteles, platos y cubiertos se sacaban del mueble antes de servir la mesa y se colocaban directamente sobre la misma. A partir del siglo XVIII, pasaron a formar parte de la decoración de la cocina en donde se siguen encontrando actualmente.
También, en cualquier cocina manchega que se precie estaba la banca, donde principalmente los mayores de la casa se echaban una cabezada al terminar de comer. Ahora nuestros mayores usan las butacas o sofás del salón-comedor, pero antiguamente la banca, cubierta de mantas o almohadones hacía las veces de cama, orilla de la lumbre.

La cocina, en definitiva, era el corazón de la casa. En ella se hablaba, se reía, se contaban historias a los más pequeños, se hablaba del tiempo agrícola, de las dificultades para llegar a fin de mes, en definitiva, se vivía. Según el libro de "Tradiciones y costumbres de Casas de Benítez" de Pascual Martínez Martínez, editado por el Excmo. Ayuntamiento de Casas de Benítez, Albacete, 1996:

"La vida de nuestros abuelos discurría más lenta, su mundo quedaba reducido a su casa, al campo, al pueblo y nada más, nadie leía un periódico, ni tampoco sabía lo que pasaba fuera de su pueblo; hablaban, comentaban sobre cosas juntos al fuego"

La cocina manchega forma parte de nosotros mismos. Todos, en mayor o menor medida, procedemos de aquellos antepasados que utilizaban esta habitación de la casa para hacer "vida". En ella se han contado historias, se ha enseñado a rezar, se ha educado a los niños, se ha jugado, se ha reído, se ha llorado la pérdida de una madre o un padre, se ha cocinado, se ha comido, se ha visto dormir al abuelo. La cocina manchega es el corazón de las casas manchegas, y pensando un poco en nosotros mismos, entenderíamos que muchas de nuestras vivencias se desarrollan también en la cocina, como reminiscencia de nuestros antepasados. 








sábado, 3 de agosto de 2013

LA CÁMARA

En las antiguas casas de nuestro pueblo, el segundo piso lo ocupaba una estancia hoy olvidada -o bien utilizada de trastero-. Sin embargo, antiguamente, tenía una utilidad importante para la vida de nuestro pueblo. Utilizaremos la descripción que el ingeniero de edificación, David Cejudo, nos presenta en su blog sobre arquitectura popular manchega, para poder describir con notables pinceladas cómo era una casa al más puro estilo manchego, como las que en nuestro pueblo también existían.

Antigua bodega, fotografía de David Cejudo
A través de un portón y zaguán, normalmente empedrado, se accede al patio alrededor del cual se articulan las viviendas de los distintos vecinos. Es muy común un corredor superior soportado mediante el esquema de forjado de "vigueta y revoltón", viga carrera, capiteles y pilares de madera tintados de añil, almagre o verde. Bajo este soportal suele encontrarse el acceso a la cueva, donde se conserva la cal apagada en agua, el vino y productos para la alimentación. 
El centro del patio lo ocupa el brocal del pozo, del que hasta hace poco se podía beber agua de muy buena calidad. El suelo del patio, empedrado o de tierra apisonada, se refrescaba en verano mediante un riego somero de agua. Gracias a la sombra de la parra o higuera ese frescor del agua regada conseguía perdurar y bajar la temperatura en los torridos veranos manchegos. Los geranios, rosales, cintas y esparragueras no hacían sino sumarse al clima veraniego del patio manchego, que recién encalado para la entrada del verano, presentaba su mejor cara.
Con la llegada del otoño el árbol de porte perdía su hoja dejando pasar los rayos de sol tan agradecidos durante el tiempo otoñal e invernal.

Según Pascual Martínez Martínez, en su libro "Tradiciones y costumbres de Casas de Benítez (Cuenca)", Excmo. Ayuntamiento de Casas de Benítez, Albacete, 1996, 

Antigua ventana de una cámara. 
Estos cereales se ponían en los "atrojes"  (trojes) que eran unos compartimentos separados por tabiques de adobe de unos 80 cm. a un metro de altura (...)
Era una dependencia que normalmente no tenía luz eléctrica en la mayoría de las casas, y si surgía la necesidad de subir a la cámara de noche se hacía con un farol de aceite. Todas las cámaras con el paso del tiempo se convertían en el bául de los recuerdos de la familia que habitaba la casa, pues allí, durante muchos años, se han guardado tantas cosas inservibles, que no tenían utilidad ya en la vida y que lo único que justificaba su permanencia en la cámara era el recuerdo familiar de sus padres o abuelos. 
Si saltamos a nuestros abuelos o anteriormente, veremos que la cámara tenía un gran uso. Debemos situarnos antes de 1950, y nos encontraremos con un pueblo en el que prácticamente toda su población se dedicaba a la agricultura. Todo giraba entorno a los campos de labor, a las huertas, a las eras, y también a la cámara, como forma de guardar los frutos o semillas que con tanto sudor se recogía en el campo. Así, por ejemplo, lo vemos reflejado en Pozo Cañada, de la provincia de Albacete, en el que podemos ver cómo se describe completamente el uso de la cámara:

La segunda planta de la casa estaba destinada a la cámara. En la cámara, se solían tener frutas y otros alimentos para su conservación: uvas, melones, ajos, los jamones, colgados a secar. Tambien en la cámara se guardaba la paja con la que luego se alimentaban las caballerias y en otra zona de la cámara estaban los cuartos de grano, que servian para almacenar el trigo, la cebada, el centeno, y demás granos, hasta su venta.

Construcción de tapial de antigua bodega, en la calle Mayor.
Normalmente, las casas antiguas se construían con tapial y también con un sistema, llamado de cerchas, que se utilizaba en una armadura a dos aguas, revestido de cañas, que nos pueden dar idea viendo todas las casas antiguas de nuestro pueblo, construidas con ese tipo de técnica.

a. Si se utilizaba este sistema de construcción, y se utilizaban las cámaras no era por otra cosa que preservar a los cereales que allí se guardaban de la humedad, tan dañina para el fruto seco.

Siguiendo a María Luisa Vallejo, en su libro "Costumbres Populares Conquenses". Excma. Diputación de Cuenca, 1978 (con motivo del VIII Centenario de la Reconquista) en las páginas 390-391, comenta:

Construcción en cercha.
Después, cuando empezó a usarse el cemento, ya para evitar la penosa tarea de subir el trigo, cebada, avena, escaña, etc., a la cámara, con escaleras algunas veces poco cómodas, se instalaron los graneros en la parte baja, bien acondicionada, revistiendo pavimento y paredes de "rasilla" y una capa de cementro, para evitar la germinación por la humedad.
Los graneros que quedan actualmente son casi todos de esta clase. Porque hay algunos agricultores que prefieren llevar a los silos su cosecha, una vez recién cogida, en los meses de abril a julio
También hubo agricultores que hicieron un silo en estos nuevos graneros, al estilo de pozos en los que guardaban todo tipo de grano y de legumbres, en los que se buscaba preservar al grano de la humedad.

Sin embargo, en el momento en que nos ocupa, la cámara tenía un uso de almacenamiento que ha perdido en la actualidad. Ahora se utiliza para guardar muebles, ropa vieja, trastos de todo tipo, que antiguamente, quizá por la falta de medios se guardaba en las habitaciones en baúles.

Antiguamente se colgaban de estas cerchas los melones, uvas pasas, chorizos, morcillas, etc... usándose como secadero. En la cámara también se solía tener el palomar, que surtía de carne de paloma a toda la familia. Normalmente las escaleras a la cámara solían salir de la cocina -o cocinilla-, aunque también las hay que surgían del patio que daba estructura a la casa popular manchega.

Todos, en mayor o menor medida, habremos visto dichas cámaras y también habremos tenido alguna historia en dicha dependencia, muy importante otrora por servir de almacenamiento en un mundo en el que la agricultura constituía la columna vertebral de la vida en nuestro pueblo. 

Palomar de una cámara